Siempre hay un mueble en la casa que se ve más veces, en la mía no es otro que el de la entrada, el llamado mueble recibidor. Aunque yo en mi caso hasta ahora no era algo en lo que me fijase mucho, en realidad no me fijaba nada, pero desde que compramos nuestra nueva casa ya hace más de 4 años, lo único que teníamos de mueble recibidor eran 4 cubos y un cristal que nos sobraba de otro sitio, en serio, nunca me paré a pensar en este horroroso recibidor que teníamos en nuestra preciosa casa, pero… el salón, una tv más grande, un ordenador nuevo, una cama mejor, un cuadro nuevo, una cabaña en la terraza y un largo etc… siempre estaban por delante de acometer la compra de un recibidor.

img_20160829_121643¡Cómo no!, mi querida y admirada esposa, un día sí y el otro también se fijaba y me comentaba lo que odiaba la entrada de nuestra casa así que decididos a comprar nos pusimos manos a la obra. Descartamos nada más empezar el típico “recibidor estilo francés” que tiene la vecina del 4, la del 7, la del otro bloque, y hasta la amiga de mi cuñada… empezamos con las cosas claras, eso no!

Queríamos algo industrial, vintage, modernos, (yo… algo baratito). Nos pusimos a indagar en la red y rápidamente dimos con la famosa tienda “Maisons du Monde” y allá que nos fuimos a la capital al ver el recibidor. Precioso, en serio, nos hubiese valido cualquiera, solo teníamos que ver la medida, porque cualquiera era ideal para lo que buscábamos, pero amigo… al mirar el precio… ahí cambió todo, volvemos al inicio, nuestro recibidor con cubos y un cristal viejo no estaba tan mal, ¿verdad? Quizás podemos esperar un poco, buscar algo más, lo dicho estábamos hablando de más de 500 euros.

img_20160902_170012Meses después, «Mi Lola» seguía viendo lo horroroso que era nuestro recibir y tomó cartas en el asunto, puso en marcha su creatividad y conocimientos de restauración y, sin falta nos lanzamos a buscar un mueble viejo y barato que nos hiciera ver el que sería “nuestro recibidor”. Después de varios intentos, llegamos al nuestro, escondido entre lavadoras y muebles viejos, ahí como si nada, estaba, sí estaba ahí, nuestro recibidor, esperándonos, sabíamos que era él, un mueble clásico y sencillo, y que Lola ya tenía en la cabeza cómo restaurarlo a su manera, así que ya teníamos el inicio del mueble y, sobre todo, otro sueño, otro proyecto.

Lo primero es desmontarlo, comprobar el estado de la madera, y arreglar los imperfectos, y empezar a lijar toda la madera para suavizarlo e igualarlo. Con el mueble ya en perfecto estado queda lo mejor, pintarlo y darle forma personalizada. Primeras capas de pintura, a continuación, una pintura estilo pizarra para las puertas. Último paso antes de darle cera al mueble es envejecerlo y darle ese toque vintage que tanto nos gusta, y por fin la cera, el mueble está terminado. Para poner la guinda a nuestro precioso y personalizado recibidor solo nos quedaba encontrar unos tiradores que nos gustasen, nos decidimos por unos metálicos y de estilo minimalista, así con esto, nuestra entrada está acorde con la ilusión que nos produce toda nuestra casa, ahora sí, da gusto entrar en casa.

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