Con 22 años, varios meses de prácticas en una agencia de comunicación de moda de lujo, y una cuenta corriente bajo mínimos, una aprende muchas cosas,como la de sobrevivir en un mundo rodeada de lujo, con compañeras a la última, sin hipotecar la casa de tus padres en el intento. Este trabajo “obliga” a ir bien vestida todos los días a la oficina, pero para eso no es necesario gastarse una millonada en ropa.

La mayoría de las empresas de la industria textil, Inditex por ejemplo, (sobre todo su hija predilecta Zara), se están volviendo expertas en “adaptar” prendas de grandes firmas a sus propios productos para el consumo de la mayoría. A su vez, otras empresas, sobre todo de origen chino, copian los diseños de las anteriores. (¡Existen hasta tutoriales sobre cómo comprar copias de marcas en Aliexpress!)  Y así se genera una cadena de réplicas donde lo único que disminuye es la calidad de las prendas, y lo que más nos importa: El precio.

Original o réplicas

Encontrar estás réplicas cada vez es más fácil porque lo de ser disimulados no es lo suyo, y la fiebre por las nuevas tendencias hacen que todos busquemos la prenda más parecida a aquella que vimos en la pasarela y nos encantó, pero que queda muy lejos de nuestro alcance. O esos zapatos que le has visto a una blogger y que te encantaría tener. Como me pasó a mí con estos zapatos de Aquazzura y Zara. ¡Ahora yo también los llevo!

También esta camisa que vi en Zara, pero que al final acabé comprándome en Mulaya. 

Estos son solo algunos ejemplos de los miles de clones de prendas que existen en el mundo de la moda y que aumentan a pasos agigantados para la suerte de muchos y la desgracia de los diseñadores. Ya lo decía Picasso:

Los grandes artistas copian, los genios roban.