20 años de publicidad

En los últimos 20 años el mundo de la publicidad, la comunicación, la imagen y el diseño han dado un salto exponencial que no tiene parangón. A pesar de que la publicidad se viene utilizando a lo largo de la historia, desde antes incluso que los pregoneros en la antigua Roma voceaban a los cuatro vientos la llegada de mercancías a las ciudades, no ha sido hasta las últimas décadas cuando se ha producido una mayor explosión de la publicidad que ha coincidido con la gran evolución tecnológica que hemos experimentado.

 Mis inicios en el mundo de la publicidad y la comunicación se produjeron en una mítica agencia de la región, allá por el año 1995. Posiblemente, era la de mayor importancia y volumen de trabajo de toda Extremadura, lo que supuso una oportunidad para iniciar una carrera profesional y poder trabajar con los métodos del momento, más parecidos a los de un artesano que al concepto que existe hoy en día de un diseñador. Los anuncios publicitarios se recortaban letra a letra, se pegaban en un papel y este original se llevaba directamente, con mucho cuidado, al periódico para su inclusión en el diario que se iba a publicar. La letra era lo que primaba y la imagen era algo casi residual.

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 En muy poco espacio de tiempo aparecieron los primeros ordenadores. Una manzana mordida cambiaba la forma de trabajar de todos los profesionales porque, aún utilizando programas informáticos muy precarios, como el famoso QuarkXpress, logramos un importante salto de calidad y, sobre todo, de tiempo a la hora de poder realizar o rectificar los anuncios una y otra vez. Eso sí, el proceso de entrega no había evolucionado y teníamos que seguir llevando a mano, y con mucho cuidado, los originales que ya salían por impresora láser “de gran velocidad”. ¡Diez minutos en la impresión de un simple anuncio!.

 De nuevo, los cambios volvieron a llegar. Primero el escáner. Una fotografía se podía digitalizar, verla en el monitor del ordenador y editarla. ¡Increíble! Un inmenso mar de oportunidades para un diseñador. Entonces apareció Internet y lo cambió todo. Me acuerdo con nostalgia del ruido que hacía el módem cada vez que me tenía que conectar a la red, pero sí que he olvidado rápido la lentitud para poder acceder a cualquier dato.

 Entonces se abrió una ventana al exterior: información a golpe de ratón, buscar imágenes, enviar y recibir. Qué sensación la primera vez que mandé un trabajo a cientos de kilómetros sin tener que moverme de la oficina. Todo al momento, todo inmediato, éste sí que fue el gran cambio para nuestro sector que también nos obligó a reciclarnos y a utilizar herramientas que hasta entonces eran desconocidas. Apareció el ahora tan famoso photoshop, que entonces no eran tan extendido su uso para el retoque de celebrities. El 1, el 2 y así vamos por una interminable lista de actualizaciones y mejoras, como también pasó con el  freehand y otros softwares informáticos. Toda una revolución para ganar en calidad, en operatividad y sobre todo tiempo.

apple1890Pero en estos 20 años no solo se ha producido una importante revolución tecnológica, también se ha producido un cambio en la publicidad y en los medios de consumo de la misma, ya sea en su diseño, en su formato y, por supuesto, en el soporte. Y cuando se producen unas variaciones a velocidad tan vertiginosa

Pero cuando se producen unos cambios a la velocidad tan vertiginosa como la del mundo de la publicidad y la comunicación en estos últimos 20 años, los clientes necesitan de un periodo de adaptación.

La publicidad pura y dura en prensa escrita, radio o televisión, como medios más convencionales, está dejando de ser la fórmula preponderante dejando paso a páginas web o redes sociales, que, según qué segmentos de población, están siendo soportes fundamentales para ofrecer productos, en muchas ocasiones a la carta, por las tan en boga cookies que nos localizan nuestro historial y nuestras preferencias, lo que ha generado una publicidad a la carta.

 

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